Bajo cero.
Al límite.
Se escapan entre mis dedos en un
intento de atraparlos mientras vuelan. Desaparecen por el hueco de mi cama, se
esfuman de mi mente. Cada segundo que pasa más aprietan el vuelo, no puedo alcanzarlos y me
quedo atrás, en tierra y sin ellos. Pasa el tiempo y sigo con el recuerdo enquistado. Sé que siempre permanecerá en
mí dejándome inmóvil, haciéndome sentir pequeña y débil en una sociedad y en
una época que no me corresponden..
Haciéndome caer una y mil veces.
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